El coronavirus está enfureciendo a mucha gente en el mundo, está habiendo muchas bajas y todos los hospitales y centro médicos están colapsados. Si algo puede y debe unir a una nación dividida es la lucha contra esta guerra siendo el enemigo el COVID-19. Lo más importante es que la nación antes estaba dividida entre sanidad privada y sanidad pública y esto nos tiene que servir para reflexionar y unirnos todos para defender más aún la sanidad publica.
Tendría que ser un revulsivo para todos los ciudadanos del estado español y luchar contra esta pandemia, dejemos de buscar otro culpable que no sea el virus. ¿Os preguntáis que pasaría si toda la ciudadanía estuviera decidida a erradicar este mal que nos acecha en nuestras calles, si de verdad quisiésemos salir de esta? Deberíamos dejar las diferencias y empezar la lucha.
La era del individualismo ha llegado a su fin, estamos en una guerra de supervivencia contra un virus, juntos y cooperando podríamos demostrar al resto del mundo el poder que tiene el pueblo español, que no va permitir ser derrotado por un virus. Está claro que la victoria contra este virus, nos va costar mucho esfuerzo, dinero y sacrificio. Un verdadero reto para la población, pero no podemos estar esperando siempre a que venga alguien y nos solucione el problema.
Esta es nuestra lucha y no podemos dejar que nadie caiga, tenemos que hacer todo un esfuerzo para ayudar a los que están al pie del cañón lo consigan. Si hay que recaudar que se recaude, si hay que trabajar desde nuestras casas o puestos de trabajo, se trabaja a conciencia y si exponer a nuestras personas cercanas. Si todos entendemos cual es nuestro objetivo y llevamos a cabo nuestra lucha contra el virus, el resultado puede ser colosal.
Tenemos en este país la generación mejor preparada de la historia, Doctoras, Ingenieros, Técnicos, médicos, científicos, empresas punteras en desarrollo, mano de obra muy cualificada y una determinación inquebrantable. Es la hora de ponerse a trabajar y ser las llaves de los que luchan día a día por ayudarnos a todos a terminar con esta amenaza, porque el COVID-19 no entiende de clases, sexo, ideología o religión.