El portavoz del ERC, Gabriel Rufián, compareció este miércoles en el congreso durante la jornada de escrutinio por la solicitud del gobierno central para extender las medidas de estado de alerta en el contexto de la crisis por el COVID-19. Se expidió en contra de la prórroga luego de tres anteriores abstenciones.
Parece mentira que alguien formado en un hogar de bandera roja y firme formación social pueda ser tan insensible a lo que causaría el anteponer sus necesidades políticas a la realidad social de un pueblo sumido en el dolor por muertes, contagios y economía golpeada dada la verdad de lo que produce una crisis del tamaño de la que venimos padeciendo.
Entre caja entre el texto
Esquerra sigue mintiendo desde comienzo del estado de alerta. Ha culpado de todos los males sanitarios y de investigación al gobierno. El presidente Sánchez dejó en claro que sigue los consejos de expertos en el seguimiento médico y social de España y de los países con mejores resultados hasta la fecha.
Personas como Rufián están encaprichadas con que el gobierno quiere destruir al país emitiendo bulos y declaraciones nefastas y desmoralizantes. Declaró que debían detenerse los trabajos de entregas, delivery, etc. No solo culpó al gobierno de Madrid que dejó sin trabajo a miles de trabajadores sanitarios que socorrieron en plena crisis. Sino que la emprendió contra los militares, y declaró que un pacto de la Moncloa sería una farsa del poder de unos.
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Lo más patético de su exposición fue la poco agraciada frase: “Pensemos en un nuevo orden mundial para frenar nuestro fracaso”. A nosotros nos resta el saber diferenciar quienes cuidan a nuestra nación.