“Han llegado al extremo de acusarme de financiación ilegal, tener cuentas en paraísos fiscales, de irregularidades en las obras de nuestra sede, de crear una cloaca policial y, finalmente, irregularidades en la contratación pública. Lo próximo que vamos a ver en las próximas publicaciones de esos periódicos es que los comunistas efectivamente quemaron el Reischtag”.