Desde que comenzó la crisis de la pandemia hemos comprobado que las redes sociales Vox señala todo lo que no le gusta. El último caso se produce con la periodista Marta Nebot, a la cuál el partido ultraderechista acusaba de decir palabra deleznables.
Después de que esto se tuiteara, las ovejas siguen al rebaño y decían esto:
Sin embargo, cuando al partido de ideología fascista le interesa apoya a los periodistas que sintonizan con su mensaje, como es el caso de Ana Rosa Quintana.
Hay que tener en cuenta que si esta gente llega al poder aplicará la misma tabla rasa. Es decir, el control sobre los medios será como el de un estado represor. El ataque que se está ejerciendo de forma personal contra cierto tipo de periodistas no se había visto antes. Otro dato que nos llama la atención es que casi ningún medio levanta la mano ante este abuso. Pero ahora, echemos la vista atrás. “¿Recordais cómo se trato a Pablo Iglesias cuando sugirió a un periodista que sus noticias no tienen porqué ser verdad?”
Ese día la prensa plantó al líder de Podemos, por su opinión, atacar el trabajo de los periodistas. Aún así, el líder de Podemos nunca ha vetado a ningún medio. Ha tenido que soportar que le insulten, que vayan a su casa, que saquen fotos de las radiografías de sus hijos y aún así siempre ha tenido un tono amable con la prensa.
Sin embargo, comparemos con el líder ultraderechista. A la mínima crítica política que tuvo este partido vetó a cualquier medio que para ellos fuera de izquierdas.
Es evidente que se trata de diferente manera a unos que a otros. Vox nunca ha tenido una portada a nivel nacional criticando estas actuaciones, siendo las del partido de extrema derecha muy ofensivas. Por ello, es evidente que se debe actuar cuanto antes contra estas situaciones. Como a esta gente no se le pare y consigan llegar al poder, su totalitarismo en los medios de comunicación se pondrá en contraposición contra las libertades individuales.