Impactados por la pandemia mundial del coronavirus, los trabajadores en paro forzoso por cumplir el deber ciudadano se encuentran en la búsqueda de tranquilidad y algo de distracción en los medios y las redes. Esto, poco a poco, se convierte en el caldo de cultivo que busca la insidiosa y manipuladora derecha.
Las promesas falsas de un futuro cercano y glorioso, minado de oportunidades brillantes e imaginarias, los hace parecer como los Gandhi de la política española. El abuso de denuncias falsas y ataques al ejecutivo, son el desayuno diario de los españoles, abusados en su forzoso confinamiento por cuarentena preventiva de los actores de esta campaña infecta y ruin.
Según Vincenc Navarro, las políticas neoliberales matan y deben ser atacadas directo al corazón de quienes las proponen. Nótese como ejemplo el cuasi fracaso del neoliberalismo de Trump o Johnson que expusieron a su pueblo a un destino peligroso en pos de salvar la economía y poner en riesgo la vida de sus ciudadanos.
Lo cierto es que el modelo neoliberal está siendo vencido en todo el mundo. Un claro ejemplo es la región de Cataluña, donde los liberales de ultraderecha han desprovisto de medios activos a la sanidad pública, generando así un hueco salud pública de la región.
Este intento constante que se han propuesto los amigos y socios de la derecha nacional es, en extremo, criminal y no solo apunta al fin del gobierno y sus socios para el bien común, si no que busca conducirnos a un ataque pandémico de falta de humanidad y compasión.
Casado, VOX y sus secuaces, deberían madurar ante esta desgraciada página de la historia nacional y sumarse convencidos por el bien común, sea por propia intención o por un nuevo pacto de urgencia social.
Aquí tenemos las consecuencias lo que puede causar el neoliberalismo ideológico. El intento constante de gastar la coalición de izquierda que nos conduce, habla claramente de los berrinches de un grupo de inconscientes que buscan el poder.
