No solo el odio ha sido contra Sánchez, Pablo Iglesias también ha recibido su parte. Le han apodado “el coletas”, por llevar su cabello largo. Y la última muestra de ello, han sido los aberrantes dichos de Cayetana Álvarez de Toledo.
¿Hasta cuándo la ultraderecha nos hará estar mal vistos, no solo en el territorio, sino en el resto del mundo? Lo grato, es que ya se está visibilizando la maldad que brota de personas como Abascal o como Díaz de Ayuso, que solo miran su propio ombligo.