En su primera comparecencia ante el Congreso, la nueva ministra declaró que la situación con la nueva oleada de contagios de Covid-19 es “muy preocupante, de riesgo extremo” y ha constatado que “la batalla no parece que vaya a terminar en los próximos meses”.
Sin embargo, decidió no cambiar los términos del decreto de estado de alarma para aumentar las restricciones a la movilidad porque, en su opinión, las comunidades autónomas ya disponen de “herramientas suficientes” para doblegar la curva de contagios de coronavirus y, además, España dispondrá de hasta 200 millones de dosis de vacunas. Una decisión que disgustó a las alianzas del PSOE, tildando de “incompetente” a la nueva ministra.