Ahora en estos momentos todos nos acordamos de la sanidad pública. La mayoría de los ciudadanos salen al balcón a aplaudir a los sanitarios. Pero ¿no se debería de defender en otros lugares? Las políticas y sus gestiones son esenciales en la sanidad y su financiamiento es fundamental.
Por tanto, si miramos años atrás podemos comprobar que no se defendió la sanidad y se premió a la privada. Los datos hablan solos. Según «la Sexta noticias, Los años de recortes en la Sanidad Pública coincidieron con un aumento del gasto ciudadano en la Sanidad Privada. Lo reconoce un informe del propio Gobierno. Entre los años 2010 y 2014 el gasto en Sanidad Pública cayó en un 11% y, en paralelo, el gasto en la privada se disparó un 16%. El 80% de ese gasto extra en Sanidad Privada lo hicieron los hogares.»
Si se quiere realmente una Sanidad Pública debemos optar por los partidos que apuestan por ella. Los derechos se defienden en la calle y cada vez que se intente recortar en sanidad hay que protestar.
Lo que está pasando ahora no es fruto del coronavirus. Nuestra sanidad ha sufrido mucho durante los últimos años y ahora se han visto las vergüenzas y las faltas de material que teníamos. Lo mismo pasa con las residencias de mayores. Hace falta valorar si las residencias en manos privadas son útiles y efectivas ya que muchas han sido un cementerio para muchos de nuestros mayores. O defendemos nuestros derechos o nos los quitarán todos.
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