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Leonardo DiCaprio, el actor millonario y activista climático, vivió un momento incómodo en Ibiza: la Guardia Civil lo paró y registró antes de entrar a una fiesta VIP. Las imágenes, que ya circulan por redes, muestran al protagonista de El lobo de Wall Street con las manos en los bolsillos, mostrando su contenido a los agentes, que —sorpresa— no lo reconocieron.
El episodio, que podría parecer una anécdota graciosa, es en realidad un espejo de cómo funciona la justicia en este país. Porque, seamos claros: si en lugar de DiCaprio hubiera sido un migrante subsahariano o un joven de un barrio obrero, el registro no habría terminado con un «gracias, pase usted».
Ibiza: el paraíso de la desigualdad
El escenario no podía ser más simbólico: Ibiza, la isla donde la jet-set internacional derrocha millones en yates y champán, mientras los trabajadores de la hostelería malviven en pisos patera. Donde los turistas beben cócteles a 20 euros, pero los locales no llegan a fin de mes.
Y justo ahí, la Guardia Civil decide hacer su trabajo… con uno de los invitados más famosos. Ironías del destino: el mismo DiCaprio que denuncia el cambio climático desde su megayate, ahora descubre que, ante la ley, incluso él es sospechoso.
La pregunta incómoda: ¿y si no fuera blanco y famoso?
El vídeo es revelador: los agentes tratan a DiCaprio con educación, casi con deferencia. No hay empujones, no hay tono autoritario. Nada que ver con los registros vejatorios a menores en Lavapiés o las redadas racistas en El Ejido.
- Si hubiera sido un joven moro: habrían pedido refuerzos.
- Si hubiera sido negro: probablemente, lo habrían esposado «por precaución».
- Si hubiera sido gitano: ya estaría viralizado como «el chorizo que intentó colarse».
Pero era DiCaprio. Un hombre blanco, rico y famoso. Así que todo quedó en un malentendido.
El activismo de postín vs. la justicia real
Lo más irónico del asunto es que el propio DiCaprio lleva años criticando las desigualdades sociales… desde su burbuja de privilegios. Mientras él se deja fotografiar en la COP28, miles de personas son criminalizadas por su color de piel o su código postal.
¿Hablará ahora de la brutalidad policial? ¿Denunciará los controles racistas? O, como tantas celebrities, ¿guardará silencio cuando la injusticia no le afecta directamente?
Moraleja: la ley no es igual para todos
🤭Leonardo DiCaprio es registrado en Ibiza y no lo reconocen
— Sepa Más (@Sepa_mass) August 14, 2025
El actor estadounidense Leonardo DiCaprio pasó un incómodo momento el mes pasado al ser detenido y registrado por la Guardia Civil española a la entrada de una exclusiva fiesta en Ibiza.https://t.co/kO9qJOEkl0 pic.twitter.com/E8QkcQKOG5
Este registro debería ser un recordatorio: la justicia en España (y en el mundo) sigue siendo clasista y racista. Pero también una oportunidad. Porque si hasta un tipo como DiCaprio puede ser sospechoso, quizá sea el momento de preguntarnos:
¿Cuánta gente es tratada como delincuente solo por no ser blanca, rica o famosa?