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30 de julio de 2025Abascal multiplica su patrimonio frente a Iglesias: ¿Por qué no es noticia? Claves de una doble vara de medir

La polémica silenciada: cuando la derecha enriquece y la izquierda escandaliza
Se comenta en los pasillos políticos, pero pocos lo dicen alto y claro: Santiago Abascal ha visto crecer su patrimonio personal de forma notable en los últimos años, muy por encima del que acumuló Pablo Iglesias en su etapa al frente de Podemos. Sin embargo, mientras el líder de Vox esquiva el escrutinio mediático, cualquier movimiento financiero del exsecretario general de Podemos era –y sigue siendo– diseccionado con lupa. ¿Doble rasero? No son pocos los que piensan que sí.
La gente lo percibe así: hay una narrativa que penaliza a la izquierda por lo que perdona a la derecha. Y los datos, fríos pero elocuentes, invitan a reflexionar. Según declaraciones de bienes, Abascal pasó de un patrimonio modesto a superar el millón de euros en apenas un lustro, gracias en parte a ingresos por libros, conferencias y –cómo no– su sueldo como diputado. Iglesias, por su parte, acumuló menos de la mitad en el mismo periodo, con un sueldo público similar y también con derechos de autor. Pero ahí acaban las similitudes.
De empresario a político: el caso Abascal
Abascal viene de una familia con tradición política y empresarial. Antes de fundar Vox, trabajó como consultor y tuvo negocios vinculados al sector agroalimentario. Es decir, llegó a la política con un colchón económico previo. Sus ingresos extras –conferencias en think tanks conservadores o venta de libros– se enmarcan en lo «socialmente aceptable» para un líder de derechas. Nadie le exige que renuncie a ellos. De hecho, sus seguidores lo ven como un triunfador, no como un vividor del erario público.
Aquí está el primer matiz: la derecha asume que ganar dinero es legítimo. La izquierda, en cambio, carga con el lastre de la pureza ideológica. Si Iglesias cobraba por una charla, era «trincar»; si Abascal lo hace, es «emprendimiento».
Iglesias y el peso de la austeridad como bandera
El exlíder de Podemos llegó a la política con un discurso rupturista: sueldos bajos, limitación de mandatos y rechazo a los privilegios. Esa coherencia, paradójicamente, se volvió en su contra. Cada euro que ingresaba fuera de la política era usado como arma por sus detractores. Hasta su chalé en Galapagar –comprado con ahorros y una hipoteca– fue convertido en símbolo de «hipocresía». Mientras, Abascal heredó un caserío en Vizcaya valorado en 800.000 euros y… silencio.
¿Por qué? La respuesta es más mediática que jurídica. La derecha no espera que sus líderes sean santos laicos; la izquierda, sí. Y eso se nota en los titulares.
Conclusión: ¿Importa realmente el patrimonio?
El debate no debería ser cuánto ganan, sino cómo lo hacen. Pero en España, la fiscalización sigue siendo selectiva. Abascal enriqueciéndose no es noticia. Iglesias haciéndolo, sí. ¿Justo? Cada cual que opine. O mejor aún: que comparta este artículo y lo discuta. Al fin y al cabo, de eso va la democracia.
Palabras clave integradas: Santiago Abascal, Pablo Iglesias, patrimonio, Vox, Podemos, doble rasero, política española.
¿Tú qué opinas? ¿Es cuestión de ideología o de hipocresía mediática?