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15 de agosto de 2025Cuando los rumores superan al rigor: ¿pensamos realmente en la orientación sexual de Felipe VI o en el juego político que lo sustenta?

Rumores de pasillo y su eco en tiempos de redes
Se comenta —y no son pocos quienes lo repiten en redes sociales y medios digitales— que el rey Felipe VI podría tener una orientación sexual diferente, incluso que podría ser bisexual o gay. Son expresiones que circulan con sorprendente ligereza, generando curiosidad, morbo… y cierta incomodidad en la esfera pública.
Uno de los hilos más recientes surgió en agosto de 2025. El diario digital El Nacional publicó una pieza que apunta a una supuesta relación entrañable con Álvaro Fuster, “su amigo íntimo”, basándose en que el rey pasa sus vacaciones sin la reina Letizia, y sin más pruebas que el aserto. Shangay. Unos días antes, se reprodujo en medios una supuesta afirmación de la periodista Rebeca Quintáns: que “hay rumores con pocos datos… Felipe sería homosexual”, en un giro que algunos calificaron como obtuso y de daño al periodismo. Shangay.
Si adelantamos un poco, en 2016, el fundador de Podemos, Juan Carlos Monedero, dijo en un foro que la relación entre Felipe y la modelo noruega Eva Sannum fue «una operación de Estado… para ocultar la bisexualidad del monarca», aludiendo a un chiste de cómic más que a hechos reales. Estrella Digital+1.
Y, retrocediendo más, en 2015 el rey protagonizó la portada de RAGAP Magazine, una publicación gay, lo que se convirtió en símbolo de una «monarquía cercana al colectivo LGTB», y fue interpretado por algunos como un guiño sin segundas intenciones. Diario ABCAntena3El PeriódicoEl País.
Rumor y realidad: distinguir lo verificado de la especulación
Permíteme que te lo diga claro: no hay ninguna fuente seria, contrastada o fidedigna que respalde que Felipe VI sea gay o bisexual. Todo lo que circula forma parte del terreno nebuloso de las especulaciones, de las hipérboles y, en algunos casos, de ataques velados con tintes homófobos.
En cambio, sí hay gestos públicos de respaldo al colectivo LGTBIQ+ que son sólidos: en 2014, poco después de su coronación, Felipe VI y Letizia recibieron a representantes de asociaciones LGTBIQ+ en el Palacio del Pardo (fue su primera recepción oficial con ese colectivo) El PaísWikipedia; en 2018, el rey envió una felicitación a la revista Shangay por su 25.º aniversario El País. Son gestos con letra, sin segundas lecturas, sin enriquecerse del rumor sino de la normalidad institucional.
Dilemas periodísticos: ¿rumor o análisis?
Estos rumores, insisto, tienen más que ver con la política del espectáculo que con información veraz. Lo vemos claramente cuando ciertos medios y comentaristas acuden al «tronco de lo imposible» para tejer historias con escaso fundamento.
Por decirlo con una sensación bien humana: da cosa que, bajo el paraguas de la libertad de expresión, se revuelvan chismes tan personales. El escrutinio sobre la orientación sexual de una persona —sea rey o ciudadano— debería reservarse al terreno estrictamente voluntario y privado.
Conclusión: la delgada línea entre interés público y sensacionalismo
En definitiva, estamos ante un terreno resbaladizo. La gente lo percibe así: hay un interés real por todo lo que rodea a la monarquía, los rumores circulan, se amplifican, pero apenas hay base para ellos. Lo que sí hay es un contraste interesante entre esos rumores y los actos públicos de Felipe VI —que no esconden nada más que sentido institucional y de inclusión social.
Te dejo esta reflexión invitándote, además, a que compartas o comentes: ¿qué borde debería tener el periodismo cuando trata asuntos personales no confirmados de figuras públicas? Y, de nuevo, ¿qué buscaba la gente cuando viraliza este tipo de rumores?